Transformar la apariencia de una fachada puede revitalizar por completo la apariencia de tu hogar o edificio. Sigue estos cinco pasos para un trabajo perfecto:
1. Evaluación exhaustiva:
Antes de iniciar cualquier proyecto de pintura en la fachada, es esencial realizar una evaluación completa del estado de la superficie. Este paso implica identificar el material de la fachada, como ladrillo, estuco, madera o metal, así como también determinar su textura y condiciones generales. Se deben observar posibles daños como grietas, desconchados, presencia de óxido en estructuras metálicas o deterioro del mortero. Esta evaluación proporciona información crucial para seleccionar los materiales y técnicas adecuadas para el trabajo.
2. Preparación y limpieza:
La preparación adecuada de la superficie es clave para lograr un acabado duradero y de calidad. Este paso implica una limpieza profunda para eliminar suciedad, polvo, moho, y restos de pintura antigua que puedan afectar la adherencia de la nueva pintura. Dependiendo del grado de suciedad, es posible que se requiera el uso de agua a presión o productos químicos específicos para limpiar la superficie de manera efectiva. La limpieza también puede revelar problemas adicionales que necesiten ser abordados antes de aplicar la pintura, como humedad en la pared o daños estructurales.
3. Reparación de imperfecciones:
Una vez que la superficie está limpia, es el momento de abordar cualquier imperfección que pueda afectar el resultado final. Esto incluye la reparación de grietas, fisuras y desconchados utilizando masilla o mortero adecuado para el tipo de superficie. Entre nuestra gama de productos para fachadas, puedes encontrar el que más se adecue a tu situación. En algunos casos, puede ser necesario abrir las grietas para asegurar una reparación adecuada. Además, se pueden considerar técnicas como el uso de malla de fibra de vidrio para reforzar las áreas dañadas y garantizar una reparación duradera.
4. Protección de detalles:
Antes de aplicar la pintura, es importante proteger los elementos de la fachada que no se desean pintar, como ventanas, puertas, molduras u otros detalles arquitectónicos. Esto se logra mediante el uso de cinta de pintor y papel protector para cubrir estas áreas y evitar manchas no deseadas durante el proceso de pintura.
5. Aplicación de pintura:
Una vez que la superficie está preparada y protegida, es el momento de aplicar la pintura. Se comienza con la aplicación de una capa de imprimación, que mejora la adherencia de la pintura y ayuda a obtener un acabado uniforme. La imprimación también puede proporcionar protección adicional contra la humedad y los elementos. Después de que la imprimación esté seca, se aplican dos o tres capas de pintura específica para exteriores, que ofrezca durabilidad y resistencia a la intemperie como las opciones que te proponemos a continuación. Te recomendamos encarecidamente seguir las instrucciones de cada producto de forma específica en cuanto a tiempos de secado entre capas y condiciones de aplicación para que el resultado sea perfecto. Una vez que la pintura esté completamente seca, se retira con cuidado la cinta de pintor y se realizan los retoques finales si es necesario.
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Pinturas Macy, S.A.
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